sábado, 23 de octubre de 2010

En la cima.

Estoy otra vez, viéndome y reconociéndome exactamente en el punto que deseaba. Ruego a mi diminuta memoria que atesore este momento, como lo ha estado haciendo últimamente con la mayoría de los otros. ¿Por qué es tan fácil reconocerse infeliz? ¿Por qué no lo es darse cuenta de que todo forma parte de la pura felicidad?
Maravilloso momento, serán tal vez unos minutos, unas horas, el tiempo no tiene realmente prioridad de importancia para mí.. cuando termine, ese será el momento en el que comenzaré a buscar este punto otra vez y de eso se tratarán mis días.
Es reconfortante llegar a las cimas pequeñas de vez en cuando, da aliento para cuando se está en el pie de la montaña. La cima grande se ve inalcanzable, mas está allí esperándome, sabiendo que lo voy a lograr. Y se convierte inevitable preguntarme de dónde surge lo que creía perdido, es cuando consigo una respuesta, que no conozco y no puedo expresar, sin embargo concluye con mis dudas y me regala el indescriptible estado de sentirse en equilibrio, una vez más después de tanto tiempo.
No olvidar lo que realmente hace bien. No olvidar que eso es lo que uno mismo cree que es. No olvidar que todo concluye en un simple concepto. No olvidar que sentir, o no hacerlo, todo es vivir. No olvidar vivir.

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