Niñxs pequeñxs que saludan. Manos abiertas, pequeñitas, que mueven sin cesar. Manos calientes de tanto sol, manos curtidas por el palo que sostienen. Creo que no importa mucho si la extraña es blanca, rica, está sentada o no. Importa si la extraña responde con ese gesto sin idioma. Mano abierta, posiblemente nutrida de crema perfumada del hotel. Y así, en una danza de manos ya parece no importar cuántas cosas porta unx u otrx, o qué ha hecho de su vida, de su día. Lo que parece estar ocurriendo es la conexión espontánea entre humanxs que felizmente celebran su existencia.
El otro amor.
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Dicen que a lo largo de nuestra vida, tenemos dos grandes amores; uno con
el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus
hijos…...
Hace 11 años