Pensando descubro, me descubro. Pensando me siento fuera y dentro. Me meto para sentirme parte, me alejo para sentirlo fuera. Así concluyo o me mareo. Cuando me mareo sigo pensando o espero.
Cuando espero confío en una suerte de destino. Como destino bautizo al sujeto que logrará desenredar la maraña de pensamientos, y al destino siempre le entrego mis esperanzas.
Esperanzas de que un día como hoy, siempre llega.