Porque cuando uno lo tiene todo no se da cuenta de lo que tiene, cuando lo pierde lamenta ya no tenerlo y recién es aquel momento el cual dice el verdadero valor de lo que uno tenía. No existe un manual de instrucciones para vivir. No se venden manuales para el amor, y la felicidad no se encuentra con un mapa. Las cosas en la vida son difíciles de encontrar y cuando concretamos nuestro deseo no nos damos cuenta de lo que peleamos por tener, tememos, y lo perdemos. Cuando perdemos lo que más quisimos en el mundo, el mundo ya no es mundo, y recién lo entendemos ahí.
Esperar que las cosas surgan por sí mismas nos llevan a la ruina, si esperamos ganar una batalla sin luchar nunca vamos a ver la victoria. Si de brazos cruzados nos quedamos esperando todo de los demás y no sufrimos, no sacrificamos, no nos molestamos en hacer cosas para cumplir nuestro objetivo, las consecuencias no van a ser las que anhelamos. Es así, las cosas son así, y por más que duela, cueste o no tenga sentido, el lado correcto es el que nos marcan nuestros sueños. Y si no somos capaces de luchar por un sueño, ¿Por qué luchamos?
Si no nos atrevemos al dolor, al temor, a la contradicción por esperar que las cosas sucedan solas, ese objetivo tan esperado se va a voler cada vez más lejano. Pelear, entregarse, es demostrar que verdaderamente importa nuestra meta.
Al final de cuentas, no existe ningún manual, no?
El otro amor.
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Dicen que a lo largo de nuestra vida, tenemos dos grandes amores; uno con
el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus
hijos…...
Hace 11 años